Es interesante ver la evolución cultural que ha tenido la ciudad de Medellín en los últimos años; puede verse marcada una diferencia ya que si analizamos, anteriormente cuando se realizaban este tipo de exposiciones tan “libres” que con franqueza nos hablan de nuestro pasado de una forma gráficamente agradable; las personas no se motivaban a asistir, se vio una buena inversión, tiempo dedicado y preparación; logran interés, que los visitantes se conecten con lo que transmiten, no solo las imágenes sino las sensaciones creadas en el espacio; se pusieron a la disposición los tanques, están ambientados con cosas “muy paisas” muy cotidianas, y al igual con la ayuda de las luces, hacen el recorrido muy interesante. Yo personalmente resalto el hecho de que hayan trasladado la escultura de Botero, esto funciona para ejemplificar lo que éramos hace unos años, nos trae recuerdos y a la vez es gratificante pues la ciudad ha crecido, ya no teme contar acerca de su pasado y exponer obras características de lo que simboliza Medellín y su cultura.
En conclusión, la exposición estaba muy bien documentada; el folleto entregado al final; resume la esencia del tema; el lenguaje empleado tanto gráfico como oral, hace que ésta llegue a toda clase de público, particularmente me gusto mucho el trabajo hecho con las fotografías de la cotidianidad, refleja las caras del común de los habitantes de Medellín y nos hace apropiarnos del tema, sentir que somos parte de esto que lleva tanto tiempo construyéndose, y como decían claramente, los expositores “ Medellín esta lista para ser cede de crecimiento cultural a nivel internacional”.
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